jueves, 9 de enero de 2014

Orientacion y manejo de brujula

Orientación con manejo de brújula y compás direccional



Orientación con manejo de brújula y compás direccional:
La brújula es, después del mapa, el elemento más importante para ser capaz de orientarse en un territorio desconocido. Su funcionamiento se basa en la atracción magnética que ejerce la Tierra sobre los objetos imantados, de forma que la aguja (imantada), siempre indique la dirección del norte magnético.
1.       Elegir una ruta, colocar un canto de la brújula o una línea de dirección uniendo los puntos de la misma una recta de rumbo. Desde donde estamos hasta donde queremos ir, o desde donde estamos en qué grados de dirección queremos ir.
2.       Sin mover la base de la brújula, giramos el limbo hasta hacer coincidir las líneas norte sur del limbo con las del mapa (ponerlas paralelas), eso sí, siempre con la flecha norte del limbo apuntando hacia el norte del mapa.
3.       Separamos la brújula del mapa, la tomamos en la mano, la mantenemos horizontal y nos giramos hasta que el norte del limbo coincida con el norte de la aguja imantada. Manteniendo esta orientación, la regla de dirección de la base, es la que nos marca el rumbo a seguir.
El compás es un aparato de medida y de navegación que sirve para determinar cualquier dirección de la superficie terrestre por medio de una aguja imán a libre que siempre se alinea con el campo magnético terrestre. En la brújula están marcados los puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste. La brújula puede ser utilizada en combinación con un cronómetro para calcular la longitud geográfica y con un sextante para el cálculo de la latitud. Este artilugio mejoró mucho la seguridad y la eficiencia de la navegación marítima. La primera forma de compás magnético fue inventada en la China en siglo II, y se empezó a usar para la orientación a tierra el 1044.

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